Origen e historia del comercio.
El comercio inicia cuando el hombre comienza a vivir
en sociedad, una vez que se establece un núcleo familiar y comienzan a
crearse comunidades. El crecimiento de la comunidad llevó a nuevas
formas de vida social, y comenzaron a surgir nuevas necesidades para
mejorar las condiciones alimenticias, de vestido y vivienda. Con los
avances en las técnicas, y con la búsqueda de mayores comodidades, el
hombre comienza la división del trabajo. En lugar de que un hombre
cubriera todas sus necesidades (buscar alimento, vestido, vivienda,
etcétera), se especializa en una actividad e intercambia sus bienes por
otros con personas que se especialicen en otra actividad. En un
principio se utilizaba el sistema de trueque, es decir, el intercambio
directo de un bien por otro.
Sin embargo, el sistema de trueque presenta un problema. Llega un
punto en el que un bien no se puede utilizar como sistema de pago para
otros bienes. Por ejemplo, si un hombre producía vestidos y otro
manzanas, y el de los vestidos quiere manzanas y el de las manzanas no
está interesado, no se puede llevar a cabo el intercambio. Es por ello
que se comienzan a utilizar metales preciosos u objetos raros y valiosos
como sistema de cambio: desde granos de sal hasta piedras preciosas,
pasando por conchas o especias. Es así como surge la moneda, que poco a
poco se va homogeneizando hasta llegar a ser constituido por monedas de
metales preciosos como el oro o la plata.
Con la introducción de la moneda el sistema bancario se inició,
primero en Italia y después se generalizó a Europa. El dinero, que en un
principio fue el sistema de cambio después se volvió un sistema de
acumulación de riqueza que originó a la clase rica y a la clase pobre.
El comerciante se volvió poderoso, mientras que el hombre de pueblo tuvo
recursos limitados. Así surge el sistema esclavista, en el que los
ricos explotaban a los pobres. Posteriormente se transita al feudalismo,
donde un sistema de señor feudal-siervo sustituye al de amo-esclavo. En
este sistema, el dueño de la tierra era poseedor de todos sus recursos,
incluyendo a los hombres que estuvieran dentro de su territorio.
Después, con el surgimiento de las ciudades nace el capitalismo, bajo la
premisa de Adam Smith de la libre empresa y los reajustes hechos por la
“mano invisible”. Ante el sistema de explotación de los burgueses hacia
los proletarios, Marx sugiere un nuevo sistema, el comunista, donde los
proletarios serían los gobernantes y cada quién ganaría lo que
correspondiera a su esfuerzo y necesidad.